viernes, 22 de abril de 2016

En esta vida

Que una copa de aquella bebida traiga nuevamente el sabor de ese día, que las luces nublen el fondo y enfoquen tu figura delante de mi, que tu presencia me haya abstraído del momento, de la situación, de la realidad que percibía para pasarme a un plano nuevo. No lo había imaginado jamás, es difícil aceptar que algo te sacude tan fuerte cuando ya habías decidido que tenías la mayor parte de las cosas resueltas.

Los momentos se clavan en la mente, cada tanto se tapan entre otras miles de cosas que pasan, pero siempre están ahí y cuando los dejamos volver, cuando reaparecen, nos recuerdan los ‘porque’. Cada vez que vuelvo a uno de esos momentos compartidos, desde el primero hasta los más recientes, esos que tienen cierta magia en el aire, esos que se tiñen de un sentimiento tan pleno, tan placentero, tan único que traen felicidad aún cuando se han convertido en recuerdos, cada vez que me encuentro con uno de esos nuevamente entiendo que de todos nuestros ‘por que’, son mucho más importantes los buenos que los malos, porque lo hay de los dos, pero esos a los que me refería: los que convierten un martes cualquiera en un día especial, los que convierten una cerveza común en una bebida espirituosa, con gran compañía y conversación especial. Los que convierten esa noche cualquiera, con esa bebida cualquiera, en un momento especial, un momento que hace que una persona entre seis mil millones se convierta en la más importante en tu vida. Muchos de estos me hacen sentir que estoy en el mejor lugar donde puedo estar con la mejor compañía y no encuentro motivos para creer lo contrario. Todo esto me hace pensar que si en tan poco tiempo pude disfrutar emociones tan intensas, seguramente el futuro contigo será brillante.

Dicho esto, la realidad golpea otra vez, las personas que pasan por nuestra vida nos traen y se llevan muchas cosas de nosotros, entre esas personas, unas pocas se convierten en ‘especiales’, algunas por mucho tiempo y otras por poco. En este tiempo, vos siempre fuiste especial, aunque he empezado con el pie izquierdo, aunque intenté levantarme y volví  a tropezar, con vos logré seguir peleando, mantener mi interés, en situaciones donde antes hubiera desistido, esta vez acá estoy, tratando de que las cosas sean mejor, con todas mis limitaciones, pero poniendo toda mi empresa, todas mis energías en lograr que sea mejor. Lamentablemente no es solo una voluntad la que se necesita, en una pareja, en una relación, por mas especial que sea, por mas magia que vuele en el aire al verte sonreír, se necesitan dos voluntades, la mía está con vos, pero la tuya, desde mi punto de vista, a veces la veo con demasiadas ganas y otras la veo dispersa, sumida entre muchos asuntos, animada por ciertas cosas y muy desanimada por eventos que han pasado, eventos que lamente mucho, cosas que no debieron pasar, pero pasaron. Y ya no hay nada que hacer para remediarlo, solo se presentan dos caminos, el orgullo, resentimiento y la desconfianza o el perdón, sincero, costoso, un poco doloroso, pero finalmente reparador y sanador.

No justifico nada de lo malo que hice, no pretendo quedar como el bueno, o el inocente, solamente doy mi punto de vista, o el que tenía en ese momento. No alcanza para olvidar lo que pasó, pero es lo que tengo, o lo que tuve, en un mal momento, con un remolino de ideas nuevas y viejas en la cabeza, con pocas certezas y muchos sentimientos, realmente no lo supe manejar, salió a la luz lo que siempre dije, saber muchas cosas no hace que dejes de ser un boludo, y siendo sincero conmigo mismo, debería aceptar que siempre fui un boludo. Es algo que no se quita, en estos años he vivido muchas cosas, he aprendido muchas cosas, traté primero de eliminarlo de mi, luego de camuflarlo, luego de ocultarlo, luego de actuar como si no existiera, pero ahí está siempre. No tengo la capacidad de pensar con claridad ante situaciones nuevas, no puedo prever a futuro las consecuencias de mis acciones, no se distinguir entre los pensamientos de las personas, por más allegadas que sean, cuales son los más importantes. Alguna vez dije, como todo el mundo o la mayoría ha dicho, “todo me sale mal”, algo que en algún momento la mayoría de las personas tenemos en común, pensar eso. Pero algunos tenemos la particularidad de que el “todo me sale mal” se deba simplemente a ser un boludo, a dejar pasar oportunidades, a no saber distinguir ni poder ver un poquito mas allá del hoy o de las cosas que a simple vista parecen buenas, pero con un poco más de análisis dejan de serlo. Así y todo sigo intentando corregir eso, pero mis capacidades son limitadas, muy lejos de lo que alguna vez me dijiste, no me siento superior a nadie, sino al contrario. Con respecto a las cosas que creo que tengo razón y las peleo a muerte, son cosas muy simples, pero con las más importantes, las que definen las bondades y calamidades de la vida, realmente no tengo idea.

Todas estas cosas que dije, aún tan dispersas, pero con algún sentido en común, intentan ser un poco de luz ante lo sucedido, pero se queda muy corto, la verdad es que todo me lleva mucho tiempo, todo, pensar una idea, aceparla, captar una idea de otro, aceptarla o rechazarla, ponerla en práctica o dejar una práctica por una idea. Creo que esa es la principal condición que me convierte en un boludo, no puedo hacer las cosas ágilmente, así como me llevo 15 años aprehender a tocar la guitarra mas o menos, todo me cuesta mucho, es mi mayor problema y seguramente ya todos mis allegados mas cercanos se habrán dado cuenta.

En fin, el tiempo es una sucesión de instantes (como alguna vez dije) que solo toma forma a través de nuestra mente, de nuestra percepción, tanto que los colores, los aromas, las cosas buenas y las cosas malas toman dimensión solo a través de nuestra mente. El valor que le damos a las cosas solo depende de un punto de vista combinado con el sentimiento que nos haya producido. Somos seres emocionales y por eso a veces no se explican nuestros actos. Como la canción que dice “el corazón tiene razones que la razón nunca entenderá” o algo así. Por todo esto es que aún siento el vértigo de aquella vez que te encontré en una esquina cualquiera en la ciudad, una esquina que luego de ese momento pasó a tener una connotación especial, pasó a tener esa magia que aquel momento le dejó, incrustada ahí para siempre, inmutable, aunque depende la situación, dependiendo de las cosas que sucedan luego, se teñirá de nostalgia, alegría o tristeza. Pero mas allá del sentimiento causado por los acontecimientos, hay un sentimiento más profundo, uno que alimenta a todos los demás, el que siento por vos, el que me mueve hacia ti (o arrastra como la canción) y ese sentimiento se hace felicidad cuando es correspondido con tu luz, con una sonrisa de tu boca o una mirada de esas que solo vos sabes dar, o se convierte en tristeza ante tus palabras que dicen que no sabes que hacer conmigo…

Sin embargo, gracias por haber sido (y espero sigas siendo) parte de lo más lindo de mi vida, gracias por haberme cambiado tanto en tan poco tiempo, y en especial, gracias simplemente por ser.


Mi amor está acá por y para vos. Es lindo ser tres en esta vida.


P.d: escribí muy rápido, todas las cosas que no se entienden, las que quedan sueltas, las que pierden coherencia, perdón.