lunes, 2 de julio de 2007

Feliz mañana

Siente el aire entre tus dedos
escucha el ruido del mar
y por mucho que lo intentes
no sacaras la sal del mar.

Había pasado la mañana
recostado en la arena
había pasado la noche
matándome en un bar.

Y me da igual lo que pienses
pues no es parar lo que yo pienso ni haré
no es mejor ni peor
como castiga el sol sobre mis ojos.

Dime cuantos morirán, dime cuantos no verán
ni la cara de su madre ni las migas de tu pan.

Encierrame, diles que estoy loco
encadenamé para que no pueda golpearte
y aunque me despedaces en mil partes
mi grito se escuchara
porque no podrás callar
el odio de los demás.

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